4 sept 2013

23. CONCLUSIONES DEL ENSAYO "SERÁ EL MUTUALISMO UN ALTERNATIVA PARA SALIR DE LA POBREZA EN COLOMBIA"

SEMINARIOS Y CAPACITACIÓN EN ECONOMÍA SOLIDARIA Y LIDERAZGO fungestar@gmail.com
Última entrega del ensayo:  "¿SERÁ EL MUTUALISMO COLOMBIANO UNA ALTERNATIVA PARA SALIR DE LA POBREZA EN COLOMBIA?" Este ensayo del Autor FABIO ALBERTO CORTÉS GUAVITA*
Se ha publicado semanalmente por capítulos para su colección.

Si se toma concluir como la respuesta obtenida en el devenir de la investigación y en el hecho de dar respuesta a la pregunta de investigación se puede decir que el mutualismo colombiano tal como se encuentra hoy no es alternativa para los más pobres, pero, si se aplican los correctivos necesarios y los proyectos realmente solidarios a favor de los sectores menos favorecidos, la respuesta es, sí, modificando la forma de entender sus principios y valores y generando un real aprovechamiento de las fortalezas del modelo y las oportunidades del mercado social. Lo anterior se sustenta de manera estructurada en los siguientes acápites.

Desde el punto de vista de lo conceptual el mutualismo se enmarca en la Economía Solidaria, o social, o popular de acuerdo con los conceptos estudiados solo se dan pequeñas diferencias de acuerdo al país en el cual se hable del tema. La verdadera diferencia está en el tratamiento que se da a este sector y se deduce que en Europa hay una mayor atención y una mejor aceptación a este sector que realmente aparece como el tercer sector de la economía, y cuenta con entidades especializadas dedicadas al estudio de la doctrina como el caso de que se ha dado una base doctrinaria para todo el sector con una declaración de principios unificada.

En el caso colombiano la legislación divide el sector solidario, de un lado se encuentra la llamada Economía Solidaria (cooperativas, mutuales y fondos de empleados) con una legislación propia y de otro lado esta todas las entidades sin ánimo de lucro (fundaciones, asociaciones, corporaciones, uniones de vecinos, organizaciones comunitarias y centenares de organizaciones no gubernamentales ONG) dispersas en decenas de decretos que tienen aislados cada uno de los componentes de lo que bien podría ser un tercer sector de la economía, realmente independiente del sector gobierno y del sector privado. La dispersión desde lo legal y conceptual hace que en Colombia se camine por senderos separados y que se requiera con urgencia una Ley Marco que reúna a todas las expresiones solidarias con sus leyes particulares según el caso.

En el mutualismo se repiten las condiciones y características de la Economía Solidaria, con una Europa atenta al desarrollo con entidades fuertes como la AIM insertadas en los procesos da salud complementaria, un mutualismo en América desigual en sus desarrollos, con Argentina a la cabeza liderando un movimiento que presta servicio de carácter multiactivo y frente a estas ejecutorias un mutualismo colombiano que ha estado inmerso en resolver los interés personales de la mayoría de sus dirigentes, pero hoy, tratando de reinventarse a sí mismo a partir de la búsqueda de su propia identidad y la integración internacional con una entidad como Colombiamutual reinventando el sector para brindar un despertar de lo que sería un mutualismo real.

El hecho de no contar con unos principios, vistos como el precepto o el mandato, el mandamiento o la doctrina, hace que el mutualismo no tenga un norte definido conceptualmente desde el marco legal y se queda inmerso en los principios enunciados para el sector solidario sin una identidad propia como ocurre en otros confines del mundo. Esa falta de identidad es lo que debe mover al mutualismo colombiano: buscarla, encontrarla en sus raíces y en los orígenes de esta forma organizativa para poder definir sus derroteros y presentarse como alternativa a quienes esperan más de dicho sector, esa será la prioridad de quienes pretenden dirigir y liderar este segmento de la economía solidaria.

En este marco para Colombia se ajusta el pensamiento sociológico de Durkheim de aplicar la solidaridad orgánica en la cual tiene plena vigencia el principio de ayuda mutua desde el asociado, en donde el ser sea de manera real, lo preponderante por encima del capital. Lo contractual estaría concretándose en los principios de la democracia participativa en la cual mediante los mecanismos jurídicos se dé el respeto por la diferencia y se haga realidad aquello de ser una alternativa para los más pobres.

Ahora bien, la visión histórica del mutualismo muestra cómo el origen de la ayuda mutua se confunde con el nacimiento del ser humano y siempre ha estado brindando soluciones a los más pobres y desprotegidos. Ya la organización mutualista como entidad nace en los albores del capitalismo en el marco de la revolución industrial, considerándose incluso como iniciadores de las ideas el socialismo, del sindicalismo y de todas las formas reunidas en lo que se denomina hoy economía solidaria.
Fabio Alberto Cortés fomentando el mutualismo colombiano
con integrantes de plazas de mercado de Nariño.

Superar la vulnerabilidad de la población más necesitados se puede lograr entendiendo que las necesidades axiológicas del ser, vistas no sólo desde la perspectiva de los valores positivos, sino también de los valores negativos, pueden ser resueltas en un juicio de valores que le lleven a entender la libertad real del ser a través de la solidaridad orgánica como un todo. Desde este entender de la realidad se puede asegurar que los valores, la libertad y la satisfacción de las necesidades del ser pueden hallar una oportunidad en la solidaridad contractual según la cual la empresa mutualista convierte la ayuda mutua en la consecución de la riqueza colectiva ética como el medio alternativo de solución a sus problemas socio económicos en la doctrina y practica del mutualismo.

El mutualismo europeo desde sus orígenes ha trabajado en tal dirección, de manera estructurada en pro de los artesanos, de los trabajadores y reivindicando siempre los intereses de los obreros. Siendo el mutualismo el padre del seguro obligatorio de salud el cual al ser asumido por los Estados de Europa dejó un espacio de acción en los servicios de salud complementaria, en el terreno de los seguros de diferente índole y dando la importancia que se merecen los trabajadores autónomos (independientes) como ha sido desde sus orígenes.

En el caso latinoamericano sus orígenes como organizaciones se remontan al siglo XIX a través de las migraciones europeas y encontrando eco en los sectores más desprotegidos sin contar con unos Estados afines a lo social como lo europeos, lo cual hace más difícil su organización y su fomento.

Para el caso argentino, el país de mayor desarrollo mutualista, se desarrollaron entidades con los artesanos y más tarde se especializaron en el marco de los trabajadores, de los empleados, lo cual da una característica de entidades cerradas en el marco de las grandes empresas del Estado prestando servicios multiactivos. México se caracterizó con el trabajo más orientado hacia la producción, pero siempre en el marco de los artesanos pobres y los obreros de los diferentes oficios.

El caso colombiano es bien particular, desde sus orígenes impregnados del pensamiento anarquista de Proudhon de un lado y de otro del pensamiento cristiano de los misioneros españoles en la época de la Colonia. Estas ideas se difundieron en principio más hacia lo social y después hacia lo religioso, siendo así que originaron el nacimiento de las sociedades democráticas y de otro se convirtieron en entidades enterradoras en busca del buen morir y el entierro digno para sus asociados.

No se han dado grandes desarrollos, si bien antes de los 90 se vieron embriones de organización, esta dio al traste por el individualismo, la insolidaridad y el egoísmo de quienes dirigieron esta organizaciones mutualistas en esta etapa, en la cual primaron los intereses personalistas de quienes se autoproclamaron, y aún lo hacen, líderes del mutualismo colombiano.

Un agravante ha sido la falta de integración la cual se dio similar al acontecer de organizaciones de pretendida integración americana, nacidas en argentina y que no ha dado soluciones ni aportes al desarrollo empresarial como lo reclama el siglo XXI. Se ve una luz hacia el año 2005 con la formación de unas entidades que nacen sin apoyo alguno de los entes del Estado, como lo son Colombiamutual, Soldeamérica, Bancamutual y otras,  que cuentan con un programa orientado a reinventar el quehacer de estas entidades y consolidando un movimiento a nivel latinoamericano. Las nuevas asociaciones mutualistas desde luego deberán ser totalmente diferentes y ajenas a lo realizado anteriormente, sin desconocer casos aislados de éxito relativo en algunos sectores del país.

Si se integran los valores conceptuales e históricos del mutualismo y las experiencias mundiales y regionales de América, aplicadas al entorno propio de Colombia se podrá brindar algún apoyo real a los pobres, obreros y trabajadores independientes.

Tal es el entorno externo y las variables analizadas en el periodo del 2000 al 2005, partiendo del criterio que estas variables exógenas, no cuentan con la posibilidad de manejo por parte de un sector como el mutualista, si deja unas oportunidades claramente expuestas en donde este sector puede dar su mejor aporte.
Población de Aguachica Cesar, en la creación de la Mutual
campesina por parte de COLOMBIAMUTUAL

El rezago del desarrollo de América Latina y de Colombia es una de las más grandes amenazas para la población más vulnerable, si a ello le sumamos que el crecimiento de la región y particularmente de Colombia se da sin desarrollo, es decir, sin generación de empleo o de satisfacción a las necesidades básicas insatisfechas de los más pobres, el panorama no podría ser más deprimente. El tratamiento que se da a la salud y la falta de cubrimiento cada vez son más evidentes.

La reflexión desde el entorno externo permite decir que esas amenazas bien pueden ser transformadas en oportunidades si se permite al sector mutualista y a la Economía Solidaria participar en las soluciones. El mutualismo históricamente ha demostrado en el mundo que es una verdadera alternativa en la prestación de servicios complementarios en salud, ejemplo de ello se vio en el análisis respectivo del mutualismo europeo y del desarrollo de este sector en la Argentina.

Para ello se requiere de voluntad política de los gobiernos para convertir en políticas de Estado el fomento y la difusión de estas prácticas económicas que ven al hombre como la esencia de su desarrollo y por eso priorizan la importancia del ser antes que el capital y de esa manera probadamente han dado aportes a la solución de problemas como los citados.

Por qué no tomar la experticia del Banco de los Pobres y del pensamiento de Muhammad Yunus con criterios de ayuda mutua a través de la conformación de grupos solidarios organizados en asociaciones mutualistas que cuentan con el aval de poder realizar ahorro y crédito con bajos recursos en el sector más desprotegido del país. La respuesta en el modelo ya probado por Yunus y en la puesta en práctica del modelo, pero no haciendo de él un remedo, sino desarrollándolo en la práctica de manera mutualista. Este modelo, aplica perfectamente en los desarrollos del mutualismo partiendo de la creación de grupos pequeños que se amplían en la medida que se involucran en la ayuda mutua y la solidaridad contractual en la busca de apoyo mutuo para resolver sus necesidades, no solamente en el crédito sino en todos los ámbitos de trabajo que apunten a la solución de las necesidades básicas insatisfechas del ser humano.

Desde ese modelo se pude generar apoyo para la creación de microemprendimientos que ayuden a la generación de empleo para miles de personas que no cuentan con acceso a la banca tradicional, ese incremento en empleo en sectores de bajos recursos estimularía el consumo de alimentos y de servicios que pudieran satisfacer las necesidades básicas de miles de personas.

Ahora bien, el mutualismo, desde la perspectiva planteada por Durkheim, la solidaridad orgánica y contractual permite ver las libertades instrumentales de Ser en sus aspectos centrales como alternativas en y por el mutualismo. Los servicios económicos como la oportunidad del ser de incrementar lo que posee individualmente en la sumatoria de lo colectivo y ver como la teoría distributiva realizada en la práctica mutualista de los servicios a los cuales tienen acceso los asociados de una mutual. La seguridad protectora planteada por Sen va al mismo fin de la ayuda mutua, solidaridad en desarrollos prácticos y manifestaciones de ayuda mutua que permita ver las oportunidades sociales incrementadas por la interrelación de la integración como valor excelso del modelo mutualista.
Fabio Alberto Cortés con lideres de AVANLIFE
reinventando el mutualismo desde el multinivel

Ver el mutualismo desde sus variables internas es quizá el mayor reto que tiene este sector por cuanto aquí sí puede y debe incidir el propio movimiento gremial. Las grandes debilidades observadas se dan en varias dimensiones de un lado; en torno a la crisis de valores y su falta de identidad, la falta de empresarialidad y la ignorancia del Estado a través de los diferentes gobiernos que no han interpretado la normatividad como debe ser, reconociendo la multiactividad de las mutuales y su derechos a reivindicar la empresarialidad que les otorga la ley 454 del 98.

Esta empresarialidad debe contar desde luego con unos valores tanto de reputación profesional como moral, que sean la guía que oriente la creación de asociaciones mutuales con una Visión de futuro y una Misión realista, acordes con la responsabilidad social que deben tener los líderes desde la óptica del quehacer solidario y social. Aplicando una responsabilidad social acorde con el criterio de sostener al hombre por encima del capital y en contra de los pensamientos del  neoliberalismo.

Ahora, la falta de un liderazgo real en el sector ha sido quizá su mayor debilidad, la historia muestra un movimiento ajeno a un real liderazgo y más dedicado a una lucha intestina por intereses particulares y personalistas, totalmente ajenos al quehacer de la mutualidad y la solidaridad, si se tratará de calificar el liderazgo se podría decir que pareciera ser un liderazgo pragmático desde la órbita de ver y de querer pasar por encima de sus propios valores y sin una unidad doctrinaria, de querer mostrar unos resultados a toda costa sin reparar en que lo importante no es resolver los problemas de los dirigentes sino los de los asociados a la mutuales.

Desde luego que todo esto se puede superar si se encuentra la voluntad necesaria para reinventar como afirma un sector de los mutualistas consultados. Retomar los valores y los principios del mutualismo desde sus orígenes primarios con base en la ayuda mutua como su esencia, unificar una declaración de principios que sea guía de acción y no letra muerta, para de allí partir en la construcción de un movimiento que realmente brinde soluciones a sus asociados.

La empresarialidad es un derecho y un deber que no puede ser obstaculizado por funcionarios que ignoran la realidad del mutualismo en el mundo y consagrado en las propias leyes colombianas. La multiactividad y la posibilidad del ahorro y crédito con los más pobres son quizá la fortaleza más grande este sector, la cual, aunada a la posibilidad de ver crecer el patrimonio por la vía de las contribuciones no devolutivas deberán ser el horizonte que guie a estas organizaciones en un futuro no lejano a dar repuestas realmente positivas a quienes creen el este modelo como alternativa frente a las crisis del capitalismo actual.

La empresarialidad vista como un derecho será entonces la meta a conquistar por parte del mutualismo, ya que como se ha visto el estado no tiene una voluntad política que permita el desarrollo de este sector solidario, de otro lado será el propio sector el que se dé sus propias directrices y estrategias en torno a la renovación de su dirigentes y a lograr atraer a la juventud al interior de las mutuales y al desarrollo del mutualismo.

Las cifras analizadas muestran lo pequeño que es el sector del mutualismo en Colombia y su poca incidencia en el contexto social del país, contrario a lo que se ve en el estudio de otros países como Argentina o varios de Europa. Las actividades desarrolladas por las entidades que muestra la Supersolidaria a finales de 2004, son precariamente clasificadas y lo más relevante es lo que revelan, que estas entidades no cumplen con las prestaciones que deberían dar orientando su accionar hacia los sectores pobres con servicios como la complementariedad en salud, el ahorro y el microcrédito, menos aún la generación de empleo o el apoyo a los microemprendimientos.
Fabio Alberto Cortés y dirigentes mutualistas en la instalación del I Foro Internacional de la Mutualidad
en Bogotá, Colombia 2012

Acerca del servicio de ahorro es insignificante ver la participación, solamente un 6% de sus asociados tienen cuenta de ahorro sin ver este sector las bondades que le brinda de un lado la legislación y de otro el propio mercado social ávido de alguien que le preste un servicio como se ha dicho en este estudio, con el modelo de Banco de los pobres. En cuanto al crédito es de lamentar que se esté coadyuvando el crecimiento de las políticas neoliberales que deberían ser el objeto de su oposición y no haya unas políticas que orienten el accionar de las mutuales al crédito de emprendimientos, de apoyo a la generación de autoempleos para los más pobres y menos favorecidos.

La estructura deja ver la falta de integración del sector, quedando la posibilidad planteada por el Plan de Desarrollo de Colombiamutual con miras al fututo y que se cumpla la opción de contar con un organismo de tercer grado que agrupe las regiones y localidades en un ente fuerte que pueda incidir en las decisiones futuras de creación de organizaciones mutuales nuevas, con gente joven y con unos parámetros definidos en las áreas sensibles de la sociedad objeto de su trabajo como son los trabajadores independientes.

Finalmente la Solidaridad Contractual se debe convertir desde la perspectiva sociológica planteada por Emile Durkheim en la esencia del trabajo de la mutualidad en Colombia, hacer del acuerdo solidario y mutualista un real contrato de ayuda mutua en el cual bajo la égida jurídica se desarrolle un sector comprometido con la cauda de los más pobres sin dejar de lado su esencia y primacía del hombre sobre el capital. Vale la pena recordar la declaración del foro por un Mutualismo sin Fronteras reunido en Bogotá en el año 2005.


El mutualismo es la expresión más genuina de la solidaridad, en la cual, la primacía del hombre y del objeto social sobre el capital no la excluyen del desarrollo empresarial y el emprendimiento, en búsqueda de la riqueza colectiva, que debe solventar las necesidades básicas insatisfechas y las justas aspiraciones del ser humano. (COLOMBIAMUTUAL, 2005)

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