28 jul 2012

LA GÉNESIS DE LA SOLIDARIDAD. VEREDICTO 4.

"... la mutualidad es la madre, la guía y el hilo conductor de todos los principios de lo social y solidario"
Fabio Alberto Cortés Guavita.

Hoy cuando Europa festeja con alborozo los más de 50 años de existencia de la Unión Europea, es menester reconocer un mérito grande en la implementación de principios que coadyuvan la estructuración de la economía social y solidaria (economía popular). Ya por el año 1980 en Francia, a pesar de las diferencias propias de la diversidad de entidades del sector popular, se crea un comité nacional para trabajar la idea de una carta social que desembocaría en julio 1983 con la primera manifestación de reconocimiento legislativo de la Economía Social y en el año de 1999 por septiembre se plantean unas características propias del sector que la Asociación Mutualista Internacional, AIM reseña así:


La primacía del hombre y del objeto social sobre el capital, todas son empresas de personas;La adhesión voluntaria y abierta, así como el control democrático en la base por parte de sus miembros;La conjunción de intereses de los miembros, los usuarios o del interés general;La defensa y puesta en práctica del principio de la solidaridad y de la responsabilidad;La autonomía de gestión y la independencia respecto a los poderes públicos;La gestión desinteresada: cualquier excedente es puesto al servicio de los fines y reinvertido o distribuido, según el deseo de sus miembros, mediante creación de empleo, actividades, nuevas empresas, bonificaciones sobre el capital invertido, servicios a los miembros, actividades socioculturales, etc.
Dejando aparte, y antes de entrar a analizar esta caracterización de manera puntual en una próxima entrega, permítanme enmarcar estos principios planteados por la Unión Europea, en la génesis de todo lo social y solidario, estoy hablando de la mutualidad.

Deseo, en este contexto, subrayar como en una de las comunicaciones de la Supersolidaria, en Colombia, se manifestaba. "Las cooperativas son mutualistas, no asistencialistas, esto es, que buscan el beneficio de sus propios asociados, no el de terceros y por ende, todos los esfuerzos se deben orientar a la prestación de los servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de aquéllos y sólo excepcionalmente de terceros" Letra muerta que no se compadece con la realidad de nuestro sector popular, pero que me da píe para afirmar no solamente las cooperativas son mutualistas sino que todas las entidades que aspiren a clasificar en el marco de lo social y solidario deben ser mutualistas, pues la mutualidad es la mamá, la guía y el hilo conductor de todos los principios de lo social y solidario.

Esta descripción será incompleta si no contextualizamos, que el nacimiento de la mutualidad como concepto se pierde en la prehistoria, es decir en la historia no escrita, la que se conoce por medio de informaciones, signos, leyendas, comentarios que se han transmitido de generación en generación; para ser retomados por J. Proudhon como una variedad del anarquismo, sus inicios sistémicos se remontan al propio Proudhon en Francia y Josiah Warren en los Estados Unidos quienes lo promueven como un sistema comunalista, basado en una suerte de cooperativismo regido por un banco del pueblo al servicio de los propios usuarios. Este sistema, cuya viabilidad práctica tanto se ha discutido, tenía un sentido profundamente evolucionista. Del sistema se desprende, aparte la operación bancaria sin usura, (Banca Etica Mutualista propuesta por Colombiamutual) la ruina de la poderosa banca burguesa y de la propia burguesía; al decir de Proudhon.

Como podemos observar, más allá de los paradigmas teóricos, debe primar a la hora de esgrimir argumentos a favor de la economía social y solidaria, un discurso fuertemente opositor al capitalismo neoliberal, por la sencilla razón de su incompatibilidad.

Bogotá, Colombia, 

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